"El impío hace obra falsa; mas el que siembra justicia tendrá galardón firme".
(Proverbios 11:18).
Durante toda la historia de la humanidad se puede observar que el hombre trata de aliviar sus cargas espirituales haciendo buenas obras. Al ojo humano ésto le parece bien. ¿Cuántas veces no se han solapado pecados a grandes personalidades de la vida pública y privada, sólo por las dádivas o las ofrendas que dan? Hemos visto aún grandes ladrones dar dádivas a líderes espirituales ingénuos. Hemos visto a grandes capos de la mafia haciendo obras buenas. Pero, Dios nos dice que esas NO son obras de justicia, y sólo aquél que siembra obras de justicia (apegadas a las leyes y normas de Dios) serán firmemente recompensadas por él.
Para hacer obra de justicia hay que estar a la escucha del Señor para conocer Su voluntad y ser parte de Su plan. Generalmente es en secreto que Dios obra Su justicia a través de sus hijos para que toda la gloria sea dada a Él. La mayor recompensa es compartir un secreto con Él.
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