viernes, 9 de noviembre de 2012

Hoy mismo el Señor ha declarado que tú, eres su pueblo.

"Por su parte, hoy mismo el Señor ha declarado que tú eres su pueblo, su posesión preciosa, tal como lo prometió".
(Deuteronomio 26:18).

Antes de entrar a la tierra prometida, y antes de que Moisés muriera, Dios le hace al pueblo de Israel ésta declaración que acabamos de leer. Y, a cambio, todo lo que le pide es: OBEDECE, pues, TODOS sus mandamientos. Más adelante, en los capítulos 27 y 28, Dios le dice qué le sucederá al pueblo si obedece o si no lo hace. Aunque la Ley ya no funciona como tal hoy en día, los principios básicos de la misma se cumplen. Y, las bendiciones y las maldiciones están vigentes, pues nosotros hoy también hemos llegado a ser su pueblo, su posesión preciosa.

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