viernes, 26 de abril de 2013

No pongamos a prueba a Dios.

"Pero ellos pusieron a prueba a Dios: Se rebelaron... desobedecieron...fueron desleales y traidores... lo irritaron con sus santuarios paganos y con sus ídolos".
(Salmo 78:56-58).

Desde que éramos niños se nos enseñó que Dios castiga. No podíamos hacer nada mal sin que una voz de la familia nos dijera: Dios te va a castigar.. te va a tragar la tierra... un rayo de va a partir en dos... etc.  Es cierto: ¡Dios castiga y corrige a sus hijos! ¿Qué padre no lo hace con sus hijos?.

Ahora bien, el punto es que Dios no nos quiere destruir, tan sólo nos quiere corregir y dirigir por un mejor camino. Pero tampoco lo va a hacer si nosotros lo deshonramos con falsos ídolos, con imagenes, con altares falsos, con religiosidad. El desea, palabra del mismo Jesús a la Samaritana, que lo adoremos y que lo amemos en espíritu y en verdad. Lo que implica que, si lo hacemos con imágenes y con religiosidad lo estamos haciendo falsamente, o no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario