sábado, 13 de abril de 2013

La copa en la mano del Señor.

"En la mano del Señor hay una copa de espumante vino mezclado con especias; cuando él lo derrame todos los impíos de la tierra habrán de beberlo hasta las heces".
(Salmo 75:8).

La corrupción, la inmoralidad, la falta de amor al prójimo, la indiferencia al dolor o la pena ajena, están campeantes en el mundo. Hemos hecho de éste mundo un semi-infierno debido al egoísmo y a la auto-idolatría y auto-satisfacción de nuestros gustos y necesidades. No era ese el propósito por el cual Dios dijo a Adán y Eva: "Llenan la tierra y sométanla".

El propósito era que disfrutáramos de ella no que la explotáramos y menos a nuestros semejantes. Pronto, debido a ciertas circunstancias como: 1) El enfriamiento del amor. 2) El grado de descomposición social. Y, sobretodo, 3) La falta de una búsqueda honesta para con Dios, harán que la copa que Dios tiene en su mano... sea derramada. ¿Estamos preparados para no ser nosotros de los que la beban hasta las heces? 

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