martes, 27 de septiembre de 2011

Las muchas letras enloquecen.

Pablo, el gran apóstol de los gentiles. Luego de su conversión al cristianismo, en lugar de perseguir cristianos para matarlos, se dedica a convertir personas precisamente al cristianismo.

Estando en esos menesteres, es tomado prisionero porque los judíos religiosos se molestan con él, por el hecho de que les está vacieando las sinagogas, y, como éstas han llegado a ser el sustento material de ellos, la molestia es porque les está arruinando el "negocio". Así, vemos que en el libro de los Hechos de los Apóstoles, en el capítulo 26, habiéndo sido acusado ante el gobernador, Pablo presenta su defensa haciendo una pequeña recopilación de la historia, que como dijera Lucas en el principio de su evangelio:"En orden y de todo lo que ha sido ciertísimo entre nosotros, para que todos conozcan la verdad" (Lucas 1.1-4). Pablo en su defensa es tan elocuente y tan poco rebatible que Festo, le dice: "Pablo, basta, las muchas letras te vuelven loco" (Hachos 26:24).

En Pablo, esto no era cierto, pero lamentablemente el día de hoy sí que lo es en algunos casos. Existen líderes que son literalmente ratones de biblioteca, pero que tristemente desvirtúan los estudios y las muchas letras los enloquecen, iniciando así a predicar lo que NO es doctrina de Dios. Con razón Jesús advirtió como primer paso para reconocer los tiempos del fin: "MIRAD, QUE NADIE OS ENGAÑE" (Mateo 24:4). Meditemos.

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