domingo, 25 de septiembre de 2011

No seas estrecha.

"Rogocíjate, OH ESTÉRIL, la que no daba a luz, levanta canción y da voces de júbilo, la que NUNCA estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová: Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas" (Isaías 54:1-2).

Antes de conocer al Señor, "todos" somos estériles. Llevamos vidas atariadas en todos los renglones de la existencia, pero el único producto y resultado de ello, son problemas y sin sabores. Pero, cuando llegamos a los pies de Cristo, esto cambia. Nos transformamos en voces de júbilo; en canciones de alegría; y nos gozamos la vida como nunca. ¿Por qué? Porque somos como mujeres que NUNCA estuvieron de parto por su esterilidad, pero que hoy estamos embarazadas. Las estériles se convierten en fructíferas madres... por su sola y absoluta misericordia. Es entonces cuando deseamos que todos reciban lo que nosotros estamos recibiendo, salimos y les contamos alegres a otros lo que el Señor está haciendo en nuestras vidas, lo que hace por y para los nuestros, simplemente, DAMOS VOCES DE JUBILO.

Eso mismo hacemos hoy, cuando años después de haber escrito nuestro primer mensaje en ésta ventana, estamos bendiciendo el nombre de Dios al abrir el tercer PAN Y PALABRA, pues los mensajes ya no nos caben en los anteriores. A EL SEA LA GLORIA Y LA HONRA, HOY Y SIEMPRE. "Ensancha el sitio de tu tienda... y no seas escasa". Meditemos.

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