lunes, 13 de mayo de 2013

La vara, el azote... y el amor.

"Con todo, jamás le negaré mi amor..."
(Salmo 89:33).

La porción de éste salmo inicia así: "Pero si sus hijos se apartan de mi ley y no viven según mis decretos, si violan mis estatutos y no observan mis mandamientos; con vara castigaré sus transgreciones y con azotes su iniquidad" (versos 30 al 32). Preguntamos: ¿Quién de nosotros los que hemos tenido el privilegio de tener un hijo, no lo reprendemos cuando se sale del camino que nosotros creemos correcto? ¿Podrá alguien decir que estamos desechando u odiando a un hijo al cuál estamos disciplinando para que cumpla su propósito en ésta vida?

Miremos cómo termina éste mensaje en los versos 33 y 34: " CON TODO, JAMÁS LE NEGARÉ MI AMOR, NI MI FIDELIDAD LE FALTARA, NO VIOLARE MI PACTO NI ME RETRACTARE DE MIS PALABRAS". Preguntamos: ¿Qué mal o qué pecado tiene que cometer un nuestro hijo, para que digamos: Ya NO eres mi hijo?  Respuesta: No hay nada que pueda pasar para que un hijo deje de ser hijo. ESO MISMO NOS ESTA DICIENDO DIOS. Pues él nos ama con amor eterno. Permite la vara y el azote en nuestras vidas para que al final... cumplamos su propósito.

1 comentario: