Las exhorataciones del apóstol Pablo.

"Pablo, después de predicar en Listra e Iconio ANIMABA y EXHORTABA a los discípulos diciéndoles: Es NECESARIO que a través de MUCHAS TRIBULACIONES entremos en el reino de los cielos".
(Hechos 14:21-22).

En muchas ocasiones hemos sido acusados de ser "masoquistas del evangelio", porque mantenemos el mensaje de que el "evangelio de Jesucristo es la Cruz", y no paz, poder y prosperidad. Quizás no hemos sabido explicar que el sufrimiento en el evangelio no es continuo ni perenne, sino tan sólo es una constante. O, quizás no nos damos a entender porque las personas no nos quieren entender puesto que a nadie le gusta sufrir. Pero nos anima pensar que una persona de la talla de Pablo predicaba ese mismo evangelio que nosotros predicamos, y que, si usted lo analiza desapasionadamente en su vida, lo entienda o no lo entienda, lo crea o no lo crea, es una realidad.

A los que aman a Dios.

"Los que aman a Dios, TODAS las cosas les ayudan a bien".
(Romanos 8:28).

¿Quién entre los creyentes no ha escuchado éste famoso verso de la escritura y se lo ha aprendido de memoria? Sin embargo, esto que vemos escrito es casi siempre lo que conocemos de él. Pero no nos fijamos en el principio ni en el fin del mismo. Inicia diciendo: "Y sabemos", eso quiere decir que no es teoría, que no es una promesa sino que ya es una "realidad". Y, en otro sentido, termina diciendo: "a los que conforme a su propósito son llamados". En otras palabras ¿Ya se dió cuenta que la "realidad" no es para todos? ¿Que es solamente para aquellos que han sido llamados con un propósito?

Bienaventurado el hombre que teme a Jehová.

"Bienaventurado el hombre que teme a Jehová... su descendencia será poderosa en la tierra; la generación de los rectos será bendita; bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para siempre".
(Salmo 112:1-3).

Este Salmo es una confirmación de lo que Dios promete a su pueblo en Deuteronomio 28 cuando le dice las bendiciones de la obediencia. Usted mire la "consecuencia" que paga la descendencia de una persona que NO ama y NO obedece a Dios, y luego compárela con la "bendición" que recibe la generación del que SI ama y obedece a Dios, y mirará la diferencia.

No es superior a tus fuerzas.

"Este mandamiento que hoy te ordeno obedecer NO ES SUPERIOR A TUS FUERZAS ni está fuera de tu alcance..."
(Deuteronomio 30:11).

Dios, conociendo al hombre por el hecho de haber sido su planificador, su creador, y en muchos de nuestros casos nuestro padre, no nos pide que hagamos más allá de nuestras fuerzas. Todo lo que nos acontece, él lo planeó para nosotros. El sabe que lo podemos soportar sino no nos lo hubiera mandado. Ciertamente cuando estamos pasando la pena, la aflicción, la prueba... sentimos que no podremos, pero él sabe que si nos cobijamos bajo su sombra, simplemente, él lo hará por nosotros.

Si no hiciéreis como hacen las otras naciones.

"Si no hiciéreis como hacen las otras naciones... Yo me volveré a vosotros... Y comeréis lo añejo, y lo nuevo dejaréis hacerse añejo para comer".
(Levítico 26:1,9 y 10).

Cuando Dios le dió las leyes a su pueblo, le advirtió que NO hiciera lo que hacían los pueblos que iban a ser conquistados para que no les fuera mal. ¿Qué hacían los pueblos que iban a ser conquistados? Eran idólatras, tenían agoreros, tenían adivinos, consultaban a los muertos, tomaban a usura, abusaban los unos de los otros, no tenían ni practicaban el amor fraternal no fingido, etc. Eso, era lo que Dios NO quería que su pueblo imitara. Y, esa obediencia les traería la bendición de que su comida no sólo les abundaría, sino que no se arruinaría por añeja que fuera. Esa promesa, también es para nosotros hoy. Obediencia igual bendición.

Buenos administradores, malos administradores.

"Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido...Tendrá facultad de redimirla hasta el término de un año...Y si no fuere rescatada dentro de ese año entero, el que la compró se quedará con ella para siempre y podrá dejarla a sus descendientes para siempre".
(Levítico 25:25,29 y 30).

Cuando Dios repartió la tierra y las riquezas fue ecuánime, esto significa que le dió a todos por igual. Pero con el tiempo unos fueron buenos administradores y otros malos administradores. La ley entonces, para proteger a quien se estaba quedando pobre, obligaba a los parientes cercanos a comprar las posesiones de éstos para que las pudieran recuperar en el término de un año. Si no fuera así, entonces las perdían para siempre. Pero la situación era no perderlas del todo en su momento. Hoy, la moraleja que nos queda es que cuando un hermano está en problemas, es obligación de los parientes cercanos darle una mano, si después de la ayuda no responden, entonces los hermanos quedan exonerados de cualquier culpa.

La misma "J" de Jesús, era para Juan y para Judas.

"Y Jesús, escogió a sus doce apóstoles que eran Juan, Judas y......"
(Mateo 10:1-4).

Es curioso que la misma inicial "J" con la que se escribía Jesús, se iniciaba a escribir el nombre de Juan y se iniciaba a escribir el nombre de Judas, pero los destinos de éstos dos últimos eran tan diferentes que nadie lo podría haber pronosticado, sino tan sólo el Espíritu Santo (ver el salmo 109:6-13). Quién podría llegar a decir que Juan iba a ser el "apóstol amado" porque cuando tuvo la oportunidad de recostar su cabeza y su confianza en Jesús, lo hizo. Y quién podría haber pronosticado que Judas iba a ser el traidor porque cuando tuvo la "misma" oportunidad que Juan, prefirió sentar su confianza en el dinero y en las riquezas de éste mundo. Uno de esos dos caminos nos espera a nosotros, nos recostaremos en el pecho de Jesús o buscaremos el dinero¿Cuál escogeremos? ¿El de la fe o el del materialismo?

Y su afrenta, nunca será olvidada.

"Heridas y verguenza hallará, y su AFRENTA nunca será borrada".
(Proverbios 6:33).

El verso anterior a este en éste Proverbio nos está hablando del adulterio. Y la moraleja del asunto es que: "quien comete adulterio, aún y cuando se arrepienta y su pecado le sea perdonado, su verguenza nunca se podrá olvidar". El punto es el siguiente: Una de las leyes más sagradas de Dios era acerca de la fidelidad en el matrimonio, léase Levítico 20:10: "Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera INDEFECTIBLEMENTE ( significa que NO hay otra solución) serán muertos". Hoy, debido a los "desechos humanos (pues de derechos no tienen nada), eso ya no se puede hacer.

Antes en el momento en que eran tomados en el acto de inmoralidad, los pecadores debían ser lapidados a los ojos de todo el pueblo ese mismo día. Hoy, repetimos, como las leyes de las naciones están basados en los "derechos humanos", eso ya no es posible. Pero, como Dios todo lo controla entonces sabiendo eso, nos dejó el Proberbio 6 y verso 33, el cual nos enseña que, ciertamente hoy los adúlteros no son lapidados pero, su "afrenta" (cuyos significados son: tensiones, críticas, censuras, verguenzas) NO serán OLVIDADAS. Repetimos, el pecado les es perdonado a quienes se arrepienten, pero la verguenza queda. 

Cuando Dios tiene un propósito en alguien.

"Y al rayar el alba, los ángeles daben prisa a Lot...Y deteniéndose Lot, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas... y lo SACARON y lo pusieron FUERA de la ciudad (Sodoma, porque ésta iba a ser destruida)".
(Génesis 19:16-17).

Lot era una persona amante de Dios pero amante también de los placeres del mundo. En términos normales Lot debía haber muerto, pues lo material no va con lo espiritual. Pero, Dios tenía un PROPOSITO especial en Lot, y por eso, hizo que los ángeles lo sacaran casi "cargado y a la fuerza" de Sodoma para que no muriera. ¿Cuál era el propósito de Dios para Lot, si más adelante vemos que cometió incesto con sus hijas? Pues precisamente que sus hijas dieran a luz dos pueblos enemigos del pueblo santo, Moab y Amón, Moabitas y Amonitas (Génesis 19:37-38). Y esto, para que se cumpliera la escritura ¿Acaso no hemos leído la porción que dice: "Y los enemigos del hombre, serán, los de su propia casa"?¿Está haciendo Dios algo a la fuerza en nosotros? En Lot, el proposito fue para mal, porque él amo lo material más que lo espiritual. Nosotros podemos cambiar ese rumbo.

La estaca para el excremento.

"Tendrás un lugar FUERA del campamento... Tendrás entre tus armas una ESTACA, y cuando estuvieres allí FUERA, cavarás con ella, y luego cubrirás tus EXCREMENTOS... Porque Jehová tu Dios anda EN MEDIO DE TU CAMPAMENTO... Por tanto tu CAMPAMENTO ha de ser SANTO".
(Deuteronomio 23:14-14).

Como lo hemos explicado en tantas ocasiones las leyes ya no funcionan como tales, pero sus principios siguen vigentes para quienes queremos ser OBEDIENTES a Dios. Y, de la misma manera que nosotros NO recibimos una visita personal cuando estamos haciendo nuestras necesidades fisiológicas en el baño, ¿Por qué hemos de encontrarnos allí con Dios?  En otras palabras, si nosotros somos de los que estudiamos o leemos la biblia, oramos, o tratamos de tener algún tipo de encuentro espiritual con Dios mientras estamos en el inodoro... simplemente estamos PECANDO. Dice la escritura que nuestro CAMPAMENTO ES SANTO. Pero que NO lo santificamos cuando hacemos ese tipo de acciones. Dice la escritura que Dios prefiere OBEDIENCIA a sacrificio. ¿Si a él NO le gusta que hagamos excremento DENTRO del campamento, le gustará que lo busquemos mientras lo hacemos? 

El oficio de Sacerdote.

"Y mojará el sacerdote su dedo en la sangre, y rociará de aquella sangre siete veces..."
(Levítico 4:6).

"Y derramará (el sacerdote) el resto de la sangre al pie del altar del holocausto..."
(Levítico 4:25).

"Y rociará de la sangre de la expiación sobre la pared del altar..."
(Levítico 5:9).

Cuando pensamos en el Tabernáculo de Moisés pensamos en tiempo de paz, en tiempo de cantos celestiales en donde todos danzan con ropas blancas y puras. Y, cuando pensamos en el ofcio de sacerdote pensamos en los más grandes ministerios, aquellos que proporcionan una iglesia inmensa, llena de gente santa, ministerios de aviones, grandes trasatlánticos y hoteles de cinco estrellas. NO. Muy pero muy lejano estaba el oficio original del sacerdocio al que hoy vemos en muchas "llamadas" iglesias. El panorama que usted miraba al entrar al Tabernáculo era horrible, sangre, y más sangre, y más sangre. Sangre sobre el altar, sangre sobre la tierra alrededor del altar, y más sangre en las paredes. Un sacerdote muy lejos de tener sus ropas limpias, blancas y puras. Un sacerdote agotado de degollar y degollar animales. Un sacerdote dedicado a trabajar, y duro, en expiar los pecados de sus ovejas, no viviendo a costa de ellas.

El juez justo.

"Dios es juez justo. Y Dios está airado contra el impío todos los días".
(Salmo 6:5).

Casi todos los días vemos al impío gozar del producto de sus fechorías, en ocasiones lo consideramos y la gran mayoría de veces lo envidiamos. Esto ultimo no debiera de pasar en nuestros corazones, pues la palabra de Dios nos dice que: Dios TODOS los dias está molesto, irritado, enojado (eso significa la palabra "airearse") contra ellos. Si Dios es nuestro padre, qué mayor aliciente para nosotros que nuestro padre esté gozoso con nosotros, no importando la situación en que nos encontremos. ¿Para qué queremos estar "bien" como creen estar los impíos, si Dios está irritado contra nosotros? Por otro lado, si Dios es juez justo ¿acaso no llegará un día en que juzgue tanto al impío como a nosotros, y de el justo veredicto?

Un solo error.

"Un solo error acaba con muchos bienes".
(Eclesiastés 9:18).

Hace muchos años unos amigos casados tuvieron "una" discusión; el esposo salió de casa y se fue a "un" restaurante; se sentó en la barra y pidió "un" trago de licor; cuando estaba allí sentado llegó "una" señora llorando; él le hizo "una" pregunta; y ella respondió que había tenido "un" pleito con su esposo, pues el esposo creía que ella tenía "un" amante; cuando estaban allí teniendo "una" platica, según dijeron los empleados del restaurante, entró el esposo y creyendo que éste amigo era el amante, desenfundó "una" pistola y le acertó "un" disparo y lo mató. La pregunta es ¿Uno, es poco o mucho?

¿Cuántas personas necesito matar para ser un asesino? ¿Cuánta droga necesito consumir para ser un drogadicto? ¿Cuánto dinero necesito robar para ser un ladrón?  ¿Cuántos pecados necesito cometer para ser un pecador?  Moraleja: Uno, puede ser que lo consideremos poco o mucho, pero generalmente puede ser suficiente.

Pero si te arrepintiereis... entonces...

"Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te ARREPINTIEREIS en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios, y te CONVIRTIEREIS a Jehová tu Dios, y OBEDECIEREIS a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, TU Y TUS HIJOS, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces Jehová hará volver a los cautivos y TENDRA MISERICORDIA DE TI..."
(Deuteronomio 30:1-3).

Si OBEDECEMOS a Dios todas las bendiciones serán nuestras; si lo DESOBEDECEMOS nos alcanzarán todas las maldiciones; pero, a pesar de que, habiéndonos alcanzado las maldiciones por haberlo desobedecido, él aún nos tiene misericordia y nos quiere devolver las bendiciones, siempre y cuando, nos ARREPINTAMOS DE CORAZON. ¿Qué significa "arrepentirse de corazón"? Pues simplemente pedir perdón por nuestro pecado (no importando cuál haya sido ese pecado), y, NO VOLVERLO A COMETER MÁS.

Maldiciones de la desobediencia.

"Pero debes saber que, si NO obedeces al Señor tu Dios ni cumples fielmente todos sus mandamientos y preceptos que hoy te ordeno, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas éstas maldiciones:"
(Deuteronomio 28:16)

Maldito serás en la ciudad y maldito en el campo.
Malditas serán tu canasta y tu mesa de amasar.
Malditos serán el fruto de tu vientre, tus cosechas, los terneritos de tus manadas y los corderitos de tus rebaños.
Maldito será en el hogar, y maldito serás en el camino.

Tu enemigo te hostigará hasta que perezcas.
Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro nación; te cansarás de buscarlos, y no los podrás encontrar.
Tendrás hijos e hijas pero no podrás retenerlos, porque serán llevados cautivos.

TODAS ESTAS MALDICIONES CAERAN SOBRE TI... PORQUE DESOBEDECISTE.

Las bendiciones de la obediencia.

"Si obedeces al Señor tu Dios, TODAS estas bendiciones vendrán sobre ti y te acompañarán SIEMPRE".
(Deuteronomio 28).

Bendito serás en la ciudad y en el campo.
Benditos serán el fruto tu vientre, tus cosechas, las crías de tu ganado, los terneritos de tus manadas y los corderitos de tus rebaños.
Benditas serán tu canasta y tu mesa de amasar.
Bendito serás en el hogar, y bendito en el camino.

Y el Señor te concederá la VICTORIA sobre tus enemigos.

Hoy mismo el Señor ha declarado que tú, eres su pueblo.

"Por su parte, hoy mismo el Señor ha declarado que tú eres su pueblo, su posesión preciosa, tal como lo prometió".
(Deuteronomio 26:18).

Antes de entrar a la tierra prometida, y antes de que Moisés muriera, Dios le hace al pueblo de Israel ésta declaración que acabamos de leer. Y, a cambio, todo lo que le pide es: OBEDECE, pues, TODOS sus mandamientos. Más adelante, en los capítulos 27 y 28, Dios le dice qué le sucederá al pueblo si obedece o si no lo hace. Aunque la Ley ya no funciona como tal hoy en día, los principios básicos de la misma se cumplen. Y, las bendiciones y las maldiciones están vigentes, pues nosotros hoy también hemos llegado a ser su pueblo, su posesión preciosa.

Absurdo, pero sucede.

"En la tierra suceden cosas absurdas, pues hay hombres justos a quienes les va como si fueran malvados, y hay hombres malvados a quienes les va como si fueran justos".
(Eclesiastés 8:14).

Hemos visto hombres perversos que tienen riquezas, bienes, y que viven por muchos años en relativa tranquilidad; en cambio, hemos visto niños y adolescentes inocentes sufriendo con enfermedades terminales... ESO ES ABSURDO, pero sucede. No creamos que nuestra pena es la única pena en el mundo, ni mucho menos que es la más grande e importante que hay.

El que se conforma con migajas, encontrará abundancia.

Jesús le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, y darlo a los perrillos".
(Mteo 15:26).

Una mujer cananea le grita a Jesús que por favor le sane a su hija enferma. Jesús responde de una forma que nosotros consideraríamos ofensiva: ¡comparar a una persona con un perro!  Pero Jesús se conmueve ante la respuesta tan humilde de la mujer: "Sí, Señor, pero aún los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos". Jesús responde: ¡Mujer, GRANDE es tu fe, hágase contigo como quieres!  Y su hija fue sanada en aquella MISMA hora.  Lección: Quien se conforma con las migajas, pero tiene fe, recibirá en abundancia; quien busca o arrebata la abundancia, encontrará migajas.

Dios nos habla.

"Así ha dicho Jehová: escuchen, o dejen de escuchar".
(Ezequiel 2:11).

Dios enviá a Ezequiel a decirle al pueblo de Israel que no viene paz, poder y prosperidad, sino lo que viene es un cautiverio. Pero al igual que hoy, cuando algunos declaramos un evangelio que trae la Gran Tribulación y no paz, poder y prosperidad... muchos, simplemente, NO QUIERE ESCUCHAR. Pero, al igual que hace casi 2,600 años, algunos hemos sido enviados a declarar que el evangelio de Jesucristo es: Tomar la cruz y seguir a Jesús, no paz, poder y prosperidad, tenemos que declarlo... escuchen, o dejen de escuchar.

La justicia humana.

"He visto algo más en esta vida: maldad donde se dictan las sentencias, y maldad donde se imparte la justicia".
(Eclesiastés 3:16).

Debido a la condición tan pobre del corazón humano, cuando a éste le toca impartir justicia lo hace generalmente por interéses oscuros. En casi todas partes del mundo hay dos clases de justicia: la que se le imparte al pobre y necesitado; y la que se imparte a los de cuello blanco como generalmente se les dice a los pudientes que se ven comprometidos con la justicia. Es de todos sabido que la justicia para el necesitado siempre es más severa que para el de cuello blanco. ¡Clamemos a Dios porque sea él quien nos haga justicia llegado el momento!

Los pensamientos de Dios.

"Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová;, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis".
(Jeremías 29:11).

¡Cuántas veces los acontecimientos no salen como los habíamos planeado o como hubiéramos querido! Y entonces nos entran pensamientos negativos: Dios no me quiere, Dios no me escucha, por qué Dios me está tratando así. La esfera espiritual en la que Dios se mueve es muy pero muy diferente a la que nosotros alcanzamos a comprender, por ello, en el momento en que nos sucede algo no lo entendemos. Y, en muchas ocasiones lo entendemos hasta muchos años más tarde, pero Dios sí desea que lo entendamos. Sólo es de buscarlo a él para que sea él mismo quien nos lo explique pronto o más tarde. Lo que sí nos debe de quedar bien claro es que él siempre desea y busca lo mejor para nosotros.

El trabajo vano.

¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello!  Esto también es vanidad (la versión Nueva versión Internacional lo traduce como: Absurdo).
(Eclesiastés 2:21).

Es bueno que el hombre trabaje, y, que con ese trabajo les de a su esposa e hijos lo que éstos necesitan, pero, también es cierto que debe de gozar un poco de "ese" trabajo. El aliciente del hombre en su trabajo es poder gozar también de ese fruto. Una prenda nueva de vez en cuando; un viaje de descanso; una buena comida con la esposa, etc. es bien merecido por todo aquél que desempeña un trabajo. Pues, ¿para qué va a amontonar riquezas si puede ser que quien herede, solamente porque no sabe lo que cuesta trabajar y ahorrar, lo va a malgastar?

Defiende.

¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! ¡Levanta la voz, y hazles justicia!.
(Proverbios 31:8-9).

Nuestro padre terrenal nos enseñó a todos los hijos un dicho que él aprendió de niño, y que lo vimos practicar toda su vida: ¡NUNCA se le jalan las patas al ahorcado! Con ésta lección y éstas rústicas palabras nuestro padre terrenal nos enseñó que no se debe abusar JAMAS de una persona necesitada, sino que al contrario, debemos ponernos en sus zapatos y pensar que hoy le está pasando a él, pero que mañana nos puede suceder a nosotros. Eso, creemos es en palabras mundanas, lo que el proverbio nos enseña hoy.